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La arquitectura es integral. Intervienen en ella distintas disciplinas, las cuales nos dedicamos a reunir para hacer de cada proyecto una experiencia total de diseño. Tomamos en cuenta todas las variables posibles para llegar siempre a la mejor solución.

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lunes, 16 de julio de 2012

Por qué contratar a un arquitecto


Estado de México, a 16 de Julio de 2012
(Por: Mariana Villavicencio)



Ignoro si sucede en todos los países con la misma frecuencia, pero en México es altamente recurrente que se ignore al arquitecto.

Cuántas veces no nos hemos topado con casos donde quien quiere construir o remodelar, simplemente llama a un maestro albañil para que desarrolle el proyecto.

Todo por un simple motivo: “Sale más barato”.

La verdad es que a larga lo barato sale caro, es un hecho más que conocido.

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Gray Hotel, Milan por Florence Architect Guido Ciomp vs errores y riesgos

Pero entonces, ¿por qué se mantiene vigente éste sistema? Quizás por motivos culturales, de costumbre o desconocimiento. En éste artículo propongo sólo tres buenas razones para hacer exactamente lo contrario, el arquitecto:
Tiene la preparación
El arquitecto es un profesionista, sabe, conoce su negocio a diferencia del cliente y de un constructor, tiene la capacidad suficiente para ver una mayor gama de posibilidades y brindar propuestas según los requisitos específicos de cada persona, empresa u hogar.
Para esto, un buen arquitecto se preocupa por dedicar tiempo a sus clientes, para entablar un diálogo con ellos y llegar a conocer sus gustos y necesidades. Su talento incluso, debe anticiparse a éstas últimas.
Por tanto, tomar decisiones de diseño apresurada y compulsivamente, no es lo mejor que se puede hacer, ni lo más conveniente, no se alcanzan los estándares de calidad requeridos, no se ahorra dinero ni tiempo, y lo más importante, el usuario no queda complacido con el resultado final.
Un experto llega a una resolución después de haber considerado infinidades de variables tanto estéticas como funcionales, estructurales y espaciales, económicas, sin mencionar urbanas e históricas en muchos casos.
Tiene la experiencia suficiente para analizar los pros y contras de cada opción y finalmente decidir lo que es mejor para dicho propósito.
La mejor parte, es que al final del día, el cliente recibe un proyecto que se adapta a su estilo de vida, pues ha sido consultado y ha participado en la toma de decisiones, siempre con el apoyo y el respaldo de un profesional.

Asume responsabilidades
Si algo sale mal, el responsable es el arquitecto.
Los costos indirectos varían dependiendo la persona o firma que se contrate, pero a fin de cuentas se pagan y, entre otras cosas, incluyen garantía por los trabajos realizados.
Durante el desarrollo, un buen arquitecto supervisa todo el proceso de la obra. 
Esto significa que se evitan y previenen costosos errores que se atribuyen a la falta de práctica y experiencia. Es él también quien se preocupa por el cumplimiento o incumplimiento de contratistas y proveedores, así como de la seguridad de los trabajadores.
Y una vez terminada la obra, se da un plazo determinado por si surgieran fallas o “vicios ocultos”.

Otorga plusvalía
Es imposible ignorar cuando se ha pagado por un buen diseño. Simplemente resalta del resto. Sobresale.
Casa Alan Voo, Neil M. Denari Architects. Los Angeles, CA, USA
Un arquitecto profesional se preocupa por cuidar cada detalle minuciosamente, de manera que además de dar una sensación de agrado y orgullo al propietario, un buen diseño puede agregar del 8 al 12% al costo final a una propiedad.
Incluso, con un poco de suerte, el arquitecto gane muy buena reputación con el paso del tiempo y el valor de dicho inmueble crecerá proporcionalmente. Muchas construcciones hoy en día son invaluables por el simple hecho de haber sido creadas por alguien reconocido y de renombre.
Con estos tres puntos básicos, llegamos a la conclusión siguiente: los honorarios de un arquitecto no son caros, si contemplamos todos los dolores de cabeza que pueden evitarse; la seguridad de un buen servicio garantizado, seguido de la satisfacción de quien lo contrata y confía en su trabajo, además de la aportación creativa, estética, artística y de buen gusto que un diseñador posee.


No olvidemos que un buen arquitecto tiene sensibilidad para entender y descifrar las necesidades espaciales e incluso espirituales que un ser humano necesita;
ética profesional que prioriza un buen servicio antes que sus intereses personales y responsabilidad personal, social y ambiental.

Ojalá estas pequeñas observaciones aporten cierto conocimiento general acerca de la arquitectura. Que se empiece a cambiar la forma de ver y hacer las cosas. Para quien desee remodelar o construir, tome en cuenta todo lo que se puede ganar en beneficios y ahorrar en dificultades si se contrata primero a un buen arquitecto.

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