Francisco Lara Bastidas diseñó una jardinera con geometrías orgánicas, en las que destacan sus curvas pronunciadas, a pesar de estar hecha a partir de materiales simples, rígidos y cuadrados: polines de pino de 3x3" cortados de forma idéntica a 26 centímetros.

El proceso de diseño resulta tan interesante como el resultado. Comenzó digitalmente con herramientas de diseño paramétrico, lo cual permitió experimentar con distintas variables, para finalmente realizar la construcción de forma prácticamente artesanal.

Lara Bastidas tenía la intención de lograr una estructura 'no invasiva', que se integrara al entorno natural, aunque de cierto modo, rompiera con el mismo, pues la topografía del sitio es más bien plana.

Para realizar la jardinera no alteró el paisaje ni la flora existente, más bien fue como si la estructura 'se posara' en el terreno para emerger del mismo y, por medio de capas, formar la doble curvatura de la superficie 'topográfica'. 

El diseño surgió de un concurso de diseño de jardineras convocado en noviembre de 2012 por la revista chilena Vivienda y decoración, el cual no tenía restricciones de tamaño, forma, materiales o sistema constructivo, por lo que brindó gran libertad de diseño.

El evento se llevó a cabo en el Parque Araucano (Santiago de Chile), del 6 al 11 de noviembre de 2012. El certamen fue un éxito. Logró reunir el día de la premiación a más de 40,000 personas, con el único objetivo de brindar al paisajismo la importancia que merece y mostrar sus 'nuevas caras'.