Por: Mariana Villavicencio

Las cubiertas suelen ser el atractivo principal de una cocina, por ello es importante tener en cuenta varios aspectos antes de elegir el material:

1) Uso: Cada tipología posee distintas necesidades que es importante identificar. En el caso de restaurantes, por ejemplo, la limpieza e higiene son requisitos indiscutibles. El grado de sanidad de una superficie se define por la porosidad del material, y aunque a simple vista luzca muy pulcro, hay bacterias que se alojan en las diminutas perforaciones del material.

Aunque no haya una norma que rija estos aspectos en proyectos para casa-habitación, también aplica tomar lo anterior en consideración si dicha cubierta se usará para preparación de alimentos. Si su función es más bien de desayunador, no hay problema alguno.

En cualquiera que sea el caso, si se trata de higiene, el acero inoxidable es la mejor opción.

2) Contexto arquitectónico: La cubierta de cocina debe ir acorde con el estilo general, para que haya congruencia y se integre al todo. Para los estilos contemporáneos quedan perfectos los colores vivos como rojo, verde, naranja o blanco y negro absolutos, que se encuentran en materiales como el corian. Para interiores rústicos o clásicos, los mármoles y granitos son idóneos.

3) Durabilidad: Algunos materiales son más delicados que otros y si el uso es constante hay que elegir cubiertas que sean resistentes a golpes, a objetos calientes, que no se manchen o se despostillen. En estos casos, los cuarzos como Ceasarstone funcionan a la perfección, pues no se rayan a menos que sea con objetos de punta de diamante (muy poco probable). Si es un color claro, pueden mancharse con el tiempo, pero al igual que los granitos se pueden pulir. Adicionalmente, los cuarzos son un material ecológico, pues se forman a partir de una aleación de polvo de mármol y de cuarzo mezclados con resinas sintéticas, lo cual hace que, a diferencia de las piedras naturales (que consumen muchísimos recursos para su extracción y preparación) su proceso sea mucho más amigable con el medio ambiente. El costo entre ambos es muy competitivo.

4) Estética: Muchos proyectos manejan la cocina como un espacio abierto, digno de prestarle atención. Incluso, llegan a parecer más un objeto decorativo que un área de servicio, como antes se usaba. Por ello, se han estado utilizando materiales como el ónix, ya no sólo en restaurantes y bares, sino también en obras residenciales, pues su efecto único de 'caja de luz', es siempre un acierto cuando a llamar la atención se refiere.

5) Costo: Hay que tener en cuenta el presupuesto autorizado para un proyecto, pues las diferencias de precios entre un material y otro pueden ser abismales.

Dentro de los materiales económicos está la formaica. Es el material favorito de las grandes constructoras, pues la vista no es del todo mala y es muy barato. La desventaja es que como el material base es comprimido de madera y cartón, se hincha al contacto constante con el agua y la formaica se desprende comenzando por las orillas. La ventaja es que hay un amplio catálogo de texturas y colores para elegir. Por otro lado, la madera natural, aunque también es inconveniente por cuestiones de higiene y mantenimiento, es un material duradero con muy buena apariencia. El cristal templado tampoco es caro, en comparación con otras superficies sólidas y es higiénico. O bien, el concreto pulido, que luce increíble casi en cualquier proyecto, desafortunadamente es altamente poroso.