
Por: Mariana Villavicencio
OPINIÓN: Está científicamente comprobado que el cerebro humano prefiere cualquier geometría áurea. Mies Van der Rohe y Le Corbusier son un ejemplo.
Desde muy antiguos tiempos (Fidias, hacia 490 a.C.), las artes se han regido en la sección áurea. Fi (Φ,φ) es un número algebraico que se ha usado como una relación de "divina proporción" que se encuentra en la naturaleza y fue imitada por el hombre para lograr una armonía suprema en sus distintas creaciones.
No solamente fue implementada en los tiempos de los griegos (sin limitarse únicamente a ésta cultura), sino que tuvo una enorme importancia especialmente en el renacimiento, donde los valores estéticos prevalecían sobre el resto.
Aún después, en la arquitectura moderna, personajes como Mies Van der Rohe y Le Corbusier continuaban valiéndose de este principio, quizás con menor importancia, pues sus obras van mucho más allá de la proporción y de la belleza, pero aún así forman parte intrínseca de ellas.
Conforme la tecnología ha ido avanzando, se han dejado un poco de lado las enseñanzas más básicas y más antiguas, sin ser, sin embargo, completamente olvidadas.
Hoy en día, un diseño que incluya el número dorado (1,6180...) destaca de entre otros, pues está científicamente comprobado que cualquier geometría áurea es preferida por el cerebro humano, aún sin saber la razón.
Un ejemplo que ha capturado la atención recientemente es la "casa de la moneda china", en Bolivia, diseñada por Juan Carlos Menacho Durán, donde el número dorado se encuentra en los radios de las circunferencias, en las medidas de los rectángulos en incluso tridimensionalmente (en la relación entre altura, profundidad y longitud).
Todo esto, junto con la clara integración de la casa con su entorno y la relación entre interior y exterior, con el propósito de que la armonía volumétrica de la arquitectura se refleje en el bienestar físico, emocional y sensorial de los usuarios.
OPINIÓN: Está científicamente comprobado que el cerebro humano prefiere cualquier geometría áurea. Mies Van der Rohe y Le Corbusier son un ejemplo.
Desde muy antiguos tiempos (Fidias, hacia 490 a.C.), las artes se han regido en la sección áurea. Fi (Φ,φ) es un número algebraico que se ha usado como una relación de "divina proporción" que se encuentra en la naturaleza y fue imitada por el hombre para lograr una armonía suprema en sus distintas creaciones.
No solamente fue implementada en los tiempos de los griegos (sin limitarse únicamente a ésta cultura), sino que tuvo una enorme importancia especialmente en el renacimiento, donde los valores estéticos prevalecían sobre el resto.
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| Imagen de Shannonmarks.wordpress.com |
Aún después, en la arquitectura moderna, personajes como Mies Van der Rohe y Le Corbusier continuaban valiéndose de este principio, quizás con menor importancia, pues sus obras van mucho más allá de la proporción y de la belleza, pero aún así forman parte intrínseca de ellas.
Conforme la tecnología ha ido avanzando, se han dejado un poco de lado las enseñanzas más básicas y más antiguas, sin ser, sin embargo, completamente olvidadas.
Hoy en día, un diseño que incluya el número dorado (1,6180...) destaca de entre otros, pues está científicamente comprobado que cualquier geometría áurea es preferida por el cerebro humano, aún sin saber la razón.
Un ejemplo que ha capturado la atención recientemente es la "casa de la moneda china", en Bolivia, diseñada por Juan Carlos Menacho Durán, donde el número dorado se encuentra en los radios de las circunferencias, en las medidas de los rectángulos en incluso tridimensionalmente (en la relación entre altura, profundidad y longitud).

Todo esto, junto con la clara integración de la casa con su entorno y la relación entre interior y exterior, con el propósito de que la armonía volumétrica de la arquitectura se refleje en el bienestar físico, emocional y sensorial de los usuarios.

Fotos tomadas de Plusmood.com
Publicado por Revista Obras el Viernes, 05 de abril de 2013 a las 10:00

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